Es tarde ya, desayuno de mate con facturas, siesta bajo la lluvia. El río a subido bastante, casi no hay playa, aunque algunos igual se meten.
Nos avisan que un par vienen. Salimos al centro, no se hacen más ventas en el centro. Otra vez hamburguesas, cajero, ojotas para reponer. Volvemos, internet por las navecitas. Coca y ferné. Encontramos a Hector y a Nelson. En taxi vamos a buscar ubicaciones; no quedan sillas. Una mesa es demasiado, populares entonces.
No quedó nadie hoy, no puede ser que no queden entradas dice el chofer. Muchas quejas por el alojamiento, esto ya es como un Boca-River. Solo queda lugar para la reventa.
Volvemos al camping, entran dos haciendo como que son de acá.
Muere el fernet, muere la coca y muere la conservadora. "Nooooooooo! po' dio' como me podes hacer eso!" No hay sillas en condiciones y hay que improvisar. Nelson se sienta mal, por el medio de élla y crack, no soporta la situación.
La lála no fue, enfrente, para terminar de completar la invitación al asadito al que fuimos convidados casi cuando nos estábamos yendo (gerundio del verbo ir). Estaba mooooooy bueno, casi no podíamos parar de comer, lo hicimos, un poco por vergüenza también.
Frente a Amarello unas bebidas energizantes para levantar, más no para levantar un minibus como trataban algunos. La razón esprimida era: "Bajá las chicas, la p... que te parió"
Vamos a bikini, hay exhibición de batucada y pasista de Marí Marí. Pasista viene a ser otro nombre para decir que mueve el totó como para marear.
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